Las reparaciones del hogar más frecuentes en invierno (y cómo prevenirlas)
El frío y la lluvia son responsables de buena parte de los problemas y averías que se producen en los hogares cuando llega el invierno. Averías que siempre resultan molestas y que, en la mayoría de los casos, además, se pueden prevenir con un correcto mantenimiento de las instalaciones. ¿Qué problemas y reparaciones son los más frecuentes?
- Calderas que no funcionan
Quedarse sin calefacción ni agua caliente en pleno invierno es mucho más que molesto. Y son precisamente las calderas las protagonistas de muchas de las reparaciones del hogar cuando llega el invierno. Aparatos que no arrancan o no calientan el agua, que pierden agua o que se paran constantemente protagonizan los avisos a los servicios técnicos.
Para evitarlo, lo ideal es someter a la caldera a una revisión anual y llevar un buen mantenimiento. Y, ante cualquier fallo de funcionamiento, no esperar para avisar a un profesional, un pequeño problema puede convertirse en una gran avería en poco tiempo.
- Goteras
La lluvia puede provocar infinidad de problemas en una vivienda. El más común es la aparición de goteras o filtraciones por el tejado a causa de tejas rotas o desplazadas, pero también por un mal sellado de juntas, limas o caballetes.
La forma de evitarlo es realizar una inspección regular del tejado para comprobar que todo está correcto y hacer una pequeña limpieza que evite que ramas o suciedad impidan el correcto desagüe. Sellar periódicamente los puntos débiles, como pueden ser las juntas de la chimenea, es también importante.
- Humedades
El agua no solo puede filtrarse por el tejado, también puede hacerlo por la fachada o las ventanas, en este último caso puede aparecer en forma de humedad o de condensación. Esto no solo provoca el deterioro de los revestimientos interiores, también la aparición de moho y la pérdida de eficiencia energética.
Mantener en buen estado la fachada, reparando cualquier grieta que se aprecie, es una forma de prevenir la aparición de humedad. Pero se puede hacer mucho más: limpiar los canalones para evitar que se atasquen o puedan llegar a romperse, revisar bien las juntas de las ventanas y sellar los cajones de las persianas, entre otros.
- Rotura de tuberías
Las tuberías exteriores suelen ser grandes olvidadas, pero cuando las temperaturas bajan de cero grados dan muchos problemas. Si se congelan, pueden reventar, con las consiguientes molestias, sobre todo si son tuberías de paso.
Evitar la congelación es sencillo y ahorrará muchas reparaciones. Si la caja del contador está en el exterior, como ocurre en viviendas unifamiliares, el consejo es proteger el interior con una manta o algún aislante. También hay que proteger cualquier tubería que esté a la intemperie y, en el caso de mangueras o sistemas de riego, lo mejor es drenarlos antes de que llegue el frío.
- Averías eléctricas
Humedades y filtraciones pueden afectar a la instalación eléctrica, pero también pueden hacerlo las tormentas. Y el daño puede alcanzar a los electrodomésticos, provocando averías importantes por una subida de tensión.
En estos casos la prevención de esas averías no siempre es fácil, más allá de evitar humedades. En cualquier caso, siempre es importante revisar periódicamente la instalación eléctrica y, en caso de tormenta, desconectar los aparatos.
Prevenir averías y reparaciones a veces costosas no es complicado. Una revisión de los puntos débiles de la vivienda antes de que llegue el invierno y llevar un buen mantenimiento del hogar durante todo el año son la clave.